Todos los días Thelma Fardin arranca a las seis y media de la mañana, va al colegio en Vicente López, vuelve a su casa para almorzar y vuela para grabar por la tarde. Sus compañeros en el colegio la tratan como una más, la conocen desde quinto grado y fueron acompañándola en su crecimiento como actriz.
Su relación con ellos nunca cambió y les agradece también la paciencia que le tienen cuando salen los fines de semana, bancándola cuando le piden autógrafos o la paran para saludarla. En relación a su reciente fama, a Thelma le encanta recibir el cariño de la gente, lo toma como un lindo reconocimiento por su trabajo y esfuerzo. Sin embargo a veces el ser famosa genera situaciones extrañas como cuando los chicos más chiquitos de su colegio la reconocieron y fueron a pedirle autógrafos cuando ella estaba en su clase de Geografía.
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